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Esta página pretende rodearse de testigos del Dios encarnado en la espesura de nuestra historia. Al cristiano le pasa lo que al perfume: se expande a poco se abra. Si no se difunde es que ha perdido su identidad. La humanidad ha recibido el cariño de Dios como tesoro inmerecido pero puede que no se haya enterado. Al cristiano le corresponde saber buscar y dar pistas del tesoro.

Pero nos puede pasar lo que al pequeño pez:

  • “Usted perdone”, le dijo un pez a otro, “es usted más viejo y con más experiencia que yo y probablemente podrá ayudarme. Dígame: ¿dónde puedo encontrar eso que llaman Océano? He estado buscándolo por todas partes, sin resultado”

  • “El Océano”, respondió el viejo pez, “es donde estás ahora mismo”

  • “¿Esto?. Pero si esto no es más que agua… Lo que yo busco es el Océano”, replicó el pequeño pez, totalmente decepcionado, mientras se marchaba nadando a buscar en otra parte. (de MELLO A. “El canto del pájaro”, p. 26)

Y es que Dios se ha hecho carne de nuestra carne de tal manera que parece que no es Dios. Por eso necesitamos la palabra de otros creyentes que hayan sido testigos del paso de Dios por su vida. Testigos de Dios en lo inmanente y sencillo, en las alegrías y los sufrimientos.

La vida de los santos nos han mostrado a veces a Dios en hechos grandiosos. Esto nos puede distorsionar la presencia de Dios. Como a los paisanos de Nazaret, Jesús les decepcionó cuando le pidieron hechos milagrosos (“¿no es este el hijo de José?” Lc 4, 22).

Por eso en esta página vamos a “bucear” en los pequeños hechos de vida que nos trasparenten la permanencia de Dios en nuestro mundo. A un testigo se le pide que sea veraz a lo que ha visto u oído. A un testimonio creyente, que dé señales del paso de Dios en la historia. No hace falta que sea un especialista en liturgia o teología. Sólo necesita que haya tenido experiencia del acontecimiento Dios en nuestro mundo y lo describa fielmente.

En medio de la peregrinación por este mundo aparentemente vacío de Dios, necesitamos pequeñas luces que nos “guíen hasta el monte santo, hasta su morada… que nos acerquen al Dios de mi alegría” (Salmo 42) Cuando nos encontramos con Dios, nos cambia la vida y estamos capacitados para irradiar el buen olor de Cristo.

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La mayoría de cristianos asocian oración a retirarse a un monasterio; encontrar un oasis en el desierto vacío de Dios. Este es un modelo que añora la espiritualidad monástica. Los laicos creyentes podemos y queremos descubrir a Dios en la vida de trabajo. Frecuentemente el lugar de trabajo es una jungla de competitividad, lucha por la supervivencia, búsqueda de la eficacia…, todo lo más parecido a un desierto sin Dios.

 

Con este espacio de “ORAR DESDE EL TRABAJO” pretendemos ayudar en la bonita tarea de abrir los ojos del paso de Dios por el trabajo. Contemplar el trabajo desde la invitación de quitarse las sandalias porque pisamos tierra sagrada (Ex 3, 5). Podemos sentir ahí la pasión de Dios a favor a favor de los que padecen su condición de empobrecido y nos pide acompañarle en su liberación.

 

Sabemos que en el desierto Dios da al profeta el agua y el pan que necesita para hacer su travesía (1 Re19, 6), que Dios visita a su pueblo a su pueblo en el desierto y le muestra su cariño (Gn 18, 1-16). Estamos convencidos que el trabajo es un lugar donde Dios nos muestra su presencia, su teofanía (Ex 19, 16)

 

En el trabajo podemos ejercer los distintos tipos de oración: alabanza a Dios por la colaboración humana en su creación; admiración por la fuerza de Dios en la técnica humana; sentimiento de compartir las cargas de los maltratados; compromiso en la transformación de la injusticia; petición de solidaridad con la suerte del pueblo, como Moisés (“bórrame del libro de la vida, si no perdonas a tu pueblo”: Ex 32, 32)…

 

¡Ánimo y estate atento a las huellas de Dios!

       

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JOC

 JUVENTUD OBRERA CRISTIANA (Madrid)

 

Orígenes de la JOC.

 

La JOC nace fuera de nuestro país, en concreto en Bélgica. Su promotor fue Joseph Cardijn, sacerdote e hijo de obrero. Cardijn, durante años, intentó encontrar la manera de que la juventud obrera pudiera acceder a la liberación plena de Jesucristo sin tener por ello que renunciar a su gente y a su entorno; al contrario, quería que se sintieran orgullosos de ser obreros, y a la vez viviendo y ayudando a vivir a sus compañeros como hijos de Dios, y no como bestias de carga.

 

Cardijn cree profundamente en estos jóvenes a pesar de su incultura y la explotación en que viven: "Ellos son capaces de protagonizar su propia liberación" sin abandonar el propio ambiente obrero y juvenil. Son ellos mismos los que deben convertirse en apóstoles de sus propios compañeros.

 

"Cómo es posible todo esto, ¡tantos jóvenes a los que se les hace llevar esta vida!. Necesitan más tiempo de escuela, y no destruirse, tan jóvenes, en las fábricas."

J. Cardijn

 

 

Para ello era necesario una nueva estrategia pastoral, diferente a la habitual utilizada entonces por la Iglesia. Pone en marcha un método original de evangelización, revolucionario en aquella época: la revisión de vida obrera. Este método mira tanto el cambio de las personas como a la transformación del entorno social.

 

No se trata de sacar al joven de su ambiente obrero para protegerlo de los riesgos que allí pueden encontrar, se trata de hacer de él un "joven obrero cristiano", activo en medio de su ambiente, actuando a modo de levadura en medio de la masa.

 

Las convicciones de fondo de esta experiencia explican el sentido profundo o la razón de ser de la JOC se apoya y enraíza sobre otras convicciones o "verdades fundamentales".

 

·           Una verdad de experiencia: la vida misma de los jóvenes trabajadores, las condiciones indignas de trabajo y formación en que viven estos jóvenes .

·           Una verdad de fe: de destino eterno y temporal de todos y cada uno de los jóvenes trabajadores como hijos de Dios; destino o dignidad que está en contradicción con las condiciones concretas de vida que tienen.

·           Una verdad pastoral o de método: la necesidad de una organización cristiana y una acción conducida por los propios jóvenes trabajadores para ir haciendo realidad esta dignidad suya de hijos de Dios.

 

De estas tres verdades surge y se desarrolla toda la mística, la metodología y el trabajo pastoral de la JOC. El testimonio de vida de miles de jóvenes jocistas así lo atestigua.

 

Con treinta años, en 1912, destinan a Cardijn a una parroquia de un barrio obrero. Empiezan los primeros tanteos con grupos de jóvenes. Y durante años Cardijn va haciendo una labor llena de búsquedas e intuiciones. Necesitaba militantes, y los encontraba pero sin estar hechos, había que partir de su realidad, formarlos y educarlos.

Junto con los primeros militantes, consigue poner en marcha un movimiento llevado por jóvenes, independiente de organizaciones de adultos, de clara identidad obrera y cristiana. Se va extendiendo por Bélgica al comprobar los jóvenes de ambientes obreros que se les daba respuesta a sus aspiraciones más cercanas y a las más profundas en un lenguaje perfectamente comprensible, cercano a su realidad, con hechos y dándoles protagonismo. La JOC nace de forma oficial en su Primer Congreso, el 18 de Abril de 1925.

 

Los comienzos de la JOC en España fueron, como todo lo que empieza, humildes y con una identidad débil. Pero aún así, en los años 30, aquella criatura tenía ya rasgos partiendo de lo concreto, provoca un estilo de ser y de vivir que iba pareciéndose al de la JOC de otros países. Pero sin ser aquel el m omento de nacimiento de nuestra JOC, es cierto que aquella época es parte del origen del movimiento en España, y que aportará a los futuros grupos, la actitud humilde de acoger una experiencia externa a nuestras fronteras que aunque no era creación propia era una clara propuesta de evangelización a los jóvenes de la clase obrera de nuestro país.

 

La JOC es una asociación que ha pasado por distintas etapas. Estas etapas han variado según lo hacían los entornos social, económico, cultural, político y eclesial. Por su personalidad juvenil, obrera y educativa la JOC ha sido y es un movimiento muy sensible a los cambios, haciéndole estar en constante evolución, con momentos a veces de aciertos y crecimiento, y otros de tensión o despiste. Toda historia es como el tendido de un cable de energía eléctrica que tiene momentos de subida y momentos de bajada, según los postes de la realidad donde se apoya. Lo importante de la historia jocista es que por escabroso que haya sido el terreno, a través de ella, no ha cesado de pasar energía (cercanía, solidaridad, protagonismo,…); una energía que ha posibilitado, a muchos jóvenes concretos y a la juventud obrera en general, vivir más conforme a su dignidad de hijos de Dios.

 

 

Objetivos, características de la JOC.

 

Los objetivos y características de la JOC son vividos y expresados en la propia historia y vida del movimiento: la evangelización y educación de los jóvenes del mundo obrero, lo que implica el desarrollo humano integral en los diversos aspectos o facetas de su vida.

 

Es por tanto, un movimiento educativo y evangelizador. Este proceso lo desarrolla por medio de la acción, realizada y dirigida por los propios jóvenes, a través del método de la revisión de vida y la acción campaña. Es un movimiento misionero que anuncia y realiza el mensaje y la salvación de Jesucristo a la persona de cada joven y al ambiente de los jóvenes obreros.

 

La presencia y acción evangelizadora la JOC la lleva a cabo tanto en contextos más secularizados (donde la parroquia está menos presente y al JOC desarrolla un trabajo más misionero) como en contextos más eclesiales (donde es preciso cualificar la religiosidad popular y suscitar una actitud de promoción humana).

 

La JOC inserta estos objetivos en una doble fidelidad.:

 

La fidelidad a la clase obrera: la JOC arranca en su origen del grito de los jóvenes trabajadores, de su explotación por horarios extenuantes y la humillación social. La JOC forma parte de este pueblo explotado. Por eso une su fuerza al movimiento obrero, a su lucha por la emancipación y el desarrollo, por una liberación radical y un nuevo orden económico y social. Su aportación específica consiste en ser un movimiento educativo. Esta característica obrera y popular es para la JOC esencial y determinante; junto a la juvenil, indican el ambiente, el contexto y la cultura en la que viene a insertarse la fe cristiana.

 

La fidelidad a Jesucristo: la JOC aporta su propuesta cristiana específica como un proceso de liberación de los jóvenes trabajadores. Ofrece a los jóvenes la posibilidad de conocer y creer en Jesucristo, hombre libre y liberador, crucificado y resucitado por el Padre, signo definitivo del amor de Dios. Esta experiencia de fe se vive tanto en la pequeña comunidad (equipo de militantes) como en la gran comunidad de la Iglesia. Históricamente esta profunda experiencia y sentido eclesial ha hecho que la Iglesia reconozca la JOC como auténtica Acción Católica, una Acción Católica especializada.

 

La JOC es un movimiento autónomo, dirigido y organizado por los propios jóvenes: un movimiento de seglares, laicos. Y a su vez es un movimiento que se dirige a la masa, no a un grupo selecto de jóvenes.

 

Su sentido internacional le lleva a tomar conciencia de las relaciones de dependencia del sur respecto al norte, y por tanto a poner en cuestión el sistema neoliberalista, su modelo de desarrollo, causa del sufrimiento, el hambre y la pobreza del tercer mundo.

 

Estos objetivos pastorales y de liberación que la JOC se plantea con los jóvenes trabajadores los realiza fundamentalmente, aunque no de manera exclusiva, por medio de la metodología de la revisión de vida.

 

La JOC ayuda a relanzar también en la Iglesia, con todo su urgencia, el problema de la atención a los trabajadores: la pastoral obrera. No se puede pensar en una pastoral indiferenciada o separada de la vida, la fe debe calar la existencia cotidiana.

 

 

La JOC somos un movimiento Juvenil, Obrero y Cristiano

 

La JOC somos un movimiento formado por jóvenes y dirigido por los jóvenes de la clase obrera.

 

Estar dirigido por jóvenes significa que los mismos jóvenes asumimos la responsabilidad en la acción que realizamos, en la vida, y en el futuro del Movimiento.

 

El movimiento como tal va a reflejar lo más peculiar de la juventud.

Los jóvenes partimos de la necesidad de relación; pandilla, sexo, relaciones íntimas, laborales, participar en asociaciones, grupos diversos…

 

Los jóvenes nos encontramos sometidos a unas relaciones sociales que fundamentalmente no están organizadas por nosotros, se nos estimula desde fuera y por el mundo adulto, se nos priva otras veces de los estímulos necesarios: bibliotecas, trabajo, modelos de vida, etc… y en cambio se nos ofrecen desproporcionalmente otro tipo de estímulos: música, discotecas, consumismo, moda, sexo.

 

Esto hace que tengamos dificultades para logar un equilibrio psicológico y a veces hasta se retrasa o dificulta la formación de la propia conciencia o de una auténtica personalidad.

 

Los militantes vivimos y sufrimos las mismas condiciones de vida que el resto de los jóvenes de la clase obrera, de ahí que en la JOC nos dirigimos y orientamos no sólo a los jóvenes que estamos en el movimiento, sino a la juventud de la clase obrera.

 

Cuidando actuar y testimoniar hacia fuera lo que se vive y nos da sentido dentro.

 

 

La JOC somos clase obrera.

 

La oferta de la JOC va dirigida a los jóvenes de esa clase obrera y que tanto padecen de una forma consciente e inconsciente las mismas situaciones de injusticia, diferencias de acceso a unos estudios, un trabajo, una vivienda…

 

Ser una organización juvenil de la clase obrera significa participar en toda corriente de liberación humana, concretizada - aunque no exclusivamente - en el Movimiento Obrero.

 

Significa valorar también positivamente, desde la repercusión que están teniendo en nuestra experiencia, los diferentes cauces organizativos que la clase obrera se ha ido dando a lo largo de la historia.

 

La JOC no dependemos de ninguna organización concreta, pero sí planteamos a los jóvenes de la clase obrera la necesidad de tomar conciencia de la realidad obrera y proponemos el unir nuestros compromisos individuales y colectivos, a través de diferentes cauces, organizaciones, acciones….

 

En este sentido la tarea que la JOC ha desarrollado históricamente al interior del Movimiento Obrero ha sido y sigue siendo una tarea específica:

 

·           Ayudar a que los jóvenes tomen conciencia de su situación obrera, de ser clase obrera.

·           Organizar, estructurar en comunidades, en grupos juveniles, la experiencia de vida, que los jóvenes de la clase obrera van teniendo.

·           Hacer efectiva esta conciencia y organización a través del protagonismo en la acción, participando en las luchas del Movimiento Obrero.

·           Cuidar la maduración de las personas.

·           Ayudar a descubrir el sentido trascendente de la lucha.

·           Ayudar a crear una nueva conciencia y un inconsciente personal y colectivo, en el compromiso transformados de la realidad.

 

La JOC, asumiendo los valores y las luchas permanentes del Movimiento Obrero, mantenemos la utopía cristiana como horizonte definitivo.

 

En concreto, la JOC optamos por el joven marginado y explotado de la clase obrera; desde ahí y desde su perspectiva cristiana la JOC tiene más en cuenta a los jóvenes:

 

·           Más desfavorecidos en la economía: parados, los que se ocupan de los trabajos marginales o eventuales…

·           Más desfavorecidos en la cultura: fracaso escolar…; a los cuales debemos ayudar a interpretar la vida, darles elementos para que descubran cómo las razones de su fracaso no están sólo en ellos.

·           Más desfavorecidos en la vida socio-política, estando más cerca de aquellos jóvenes que están en las últimas escalas de las relaciones laborales, en el barrio, incluso en la familia…

·           Más desfavorecidos en la fe: los "pescadores", los apartados o alejados de la fe o de la iglesia, los que aparentemente carecen de experiencias humanas profundas.

 

La JOC, debe atender también a los jóvenes de la clase obrera que estudian, puesto que pertenecen a la clase obrera, aunque cada vez se quiera ocultar, desmentir o camuflar. Cada vez es más difícil despertar la pertenencia a la clase de los jóvenes estudiantes.

 

Optar por los más desposeídos significa buscar una persona íntegra y en proceso de perfección. Tomar partido por los oprimidos es optar por la integridad de la humanidad.

 

 

La JOC somos un movimiento Cristiano, eclesial y evangelizador

 

La JOC somos un movimiento que busca ahondar en las raíces, el lo profundo de la vida y experiencias de los jóvenes de la clase obrera.

 

En este proceso de cuestionar o interrogar en profundidad, la JOC encontramos experiencias humanas que llevan a plantearnos la dimensión religiosa, como algo constante y constitutivo de la experiencia humana.

 

La JOC encontramos en el modelo de vida de Jesús, la clave de sentido para las experiencias que ella vive.

 

Por eso optamos por ser un movimiento cristiano, con las siguientes implicaciones:

a)     Hacemos presentes o descubrimos en medio de la clase obrera los signos del Reino, el espíritu de Jesús.

 

El militante de la JOC descubre desde el Evangelio y en la vida de la clase obrera hoy, la presencia del Reino; la descubre y la revela a los hombres que viven en medio de este Reino sin darse cuenta.

 

La JOC se reconoce como movimiento cristiano, al ofrecer a Jesucristo como razón y sentido de su origen histórico y de su tarea transformadora en medio de la clase obrera.

 

El mismo sentido que Jesús dio a su vida y a su muerte, es el que la JOC quiere que descubren y vivan los jóvenes en medio de su vida y compromiso en el mundo obrero.

 

El Movimiento debe anunciar claramente a Jesucristo, y posibilitar que todos los militantes puedan conocerle, encontrarse con El, celebrar y compartir la fe.

 

La JOC damos una gran importancia al proceso de maduración de la fe: atendemos y respetamos la situación o experiencia de cada joven, valorando cualquier avance en el camino de la fe, de un clima de libertad auténtica.

 

b)     La JOC somos un movimiento eclesial.

 

La JOC ha nacido en la Iglesia; ha "aprendido" quién es Jesús y quién es su Dios, a través de la experiencia que le ofrece la Iglesia. Es dentro de ella donde la JOC nos situamos como pequeña comunidad, al interior de la gran comunidad eclesial.

 

En el proceso de acción-reflexión se van creando pequeñas comunidades donde los jóvenes toman sus propias opciones en los diversos aspectos de la vida; es en estas pequeñas comunidades, equipos, o en la Asamblea del Movimiento, donde los jóvenes dialogan, se interrogan sobre la relación vida-fe-compromiso.

 

Desde ahí, la JOC ayuda a estos jóvenes a sentirse parte integrante del Pueblo de Dios, fundamentalmente arraigado en la historia de la humanidad, y a celebrar comunitariamente la presencia de Dios en la acción obrera, en la vida y el corazón de cada joven trabajador.

 

Cuando los jóvenes de la clase obrera hacen presente el acontecimiento salvador de Jesucristo dentro de la clase obrera, están aportando a ésta, una gran riqueza, y a la vez contribución original en la construcción de la Iglesia.

 

La JOC se siente parte de la Iglesia popular; y se plantea el diálogo y comunión con otros grupos de Iglesia, consciente y responsable de la ayuda que puede prestar a alguna comunidad, pero también consciente de que necesita de los otros.

 

Somos conscientes de que la organización de la Iglesia, tiene una imagen poco creíble, y en ocasiones negativa, para la clase obrera, basada en situaciones históricas. Nuestro compromiso militante crea un proceso de cambio para que así podamos colaborar a la creación de la Iglesia dentro de la clase obrera.

 

Con todo, para la JOC la Iglesia es un marco lo suficientemente amplio para sentirnos plena y libremente dentro de ella.

 

c)      La JOC somos un movimiento evangelizador.

 

La persona de Jesús y el sentido de la vida que El propone es algo que merece la pena ser presentado a los jóvenes de la clase obrera para que puedan acogerlo.

 

Por eso los esfuerzos de la JOC se gastan prioritariamente en crear comunidades o espacios donde se comparta la vida en profundidad, donde se descubran los interrogantes más hondos, las aspiraciones fundamentales, y donde se encuentre respuesta a la vida.

 

El contacto sincero y desinteresado con el otro evangeliza, es decir, descubre nuevas dimensiones del mensaje de Jesús, tanto a quién lo presenta como a quién lo acoge. La JOC al mismo tiempo que evangelizamos a los jóvenes de la clase obrera, somos evangelizados por ellos.

 

En su tarea evangelizadora, la JOC tiene preferencia por los jóvenes trabajadores o por los más marginados hoy en nuestra sociedad: los parados, los que trabajan en peores condiciones, los que fracasan en los estudios, los jóvenes cogidos por el consumo, etc… Intentamos así vivir la opción por los pobres, propia de Jesús de Nazaret y de sus seguidores.

 

 

¿Qué es la Revisión de vida?

 

Es la metodología que la JOC utiliza para hacer de los jóvenes de la clase obrera, militantes obreros cristiano, comprometidos en la transformación de la realidad; y con este espíritu, desarrollar a través de la acción la tarea educativa y evangelizadora.

 

Es una metodología que hace que los jóvenes de la clase obrera:

 

·           descubran la vida concreta obrera y las dinámicas sociales que en ella se dan.

·           se sitúen en la vida con todos los condicionamientos personales y estructurales, valores y contravalores que en ella existen.

·           opten por su clase, es decir, vayan teniendo conciencia de clase y adquiriendo los análisis, la ideología, las motivaciones, los proyectos, las organizaciones y utopías de la clase obrera.

·           entren, desde esta realidad obrera y desde la acción , en contacto con Jesús de Nazaret, con su vida, su proyecto, su palabra, su esperanza… haciéndoles pasar de una fe heredada, o de la falta de fe, a una fe consciente y comprometida con la realidad.

·           cambien de actitudes ante la vida descubierta y la acción que estén realizando. Cambio de actitudes que vendrá exigido por la misma realidad obrera y por el proyecto de Jesús.

·           se comprometan en una acción transformadora de personas, ambientes y estructuras. Y en todo este proceso de acción se va creando una nueva cultura y se va haciendo posible desde ahí, el proyecto de Dios en el mundo obrero.

·           Es una metodología que se practica en equipo.

·           donde los jóvenes de la clase obrera experimentan la dimensión de la comunidad, la aceptación mutua, la relación e interpelación de los otros y de Dios Padre a través de Jesucristo.

·           donde los jóvenes de la clase obrera planifican su compromiso en la vida, lo evalúan, juzgan la transformación de la realidad y van adquiriendo conciencia de pertenencia a una clase, al mundo de los marginados.

·           donde los jóvenes de la clase obrera vivencian la organización como comunidad humana; una comunidad donde lo fundamental es el desarrollo de la persona como individuo y su interrelación con lo colectivo; donde aportan y recibe elementos que le posibilitan la construcción integral de su vida.

 

Un estilo de vivir y actuar.

 

La Revisión de Vida va creando un estilo de vivir, una manera de ser, de ver, de juzgar y de comprometerse en permanente referencia a Jesús, a su persona y mensaje y a las aspiraciones profundas de la clase obrera.

 

La metodología de la acción reflexionada posibilita a los jóvenes una manera de vivir y de transformar la vida, que les configura como personas, como colectivo y como organización; haciéndoles abiertos, críticos, comprometidos con la realidad, comunitarios y seguidores de manera sencilla del evangelio, desde lo concreto y real de la vida cotidiana. Es un estilo de vivir, donde los más importante está en que se empieza a hacer aquello que se aspira a ser.

 

La Revisión de Vida es un estilo de acción en la lucha, donde se tiene en cuenta la capacidad de los protagonistas de la misma; donde se valoran los pequeños pasos de los compañeros, donde se ofrece la oportunidad de que los jóvenes se interroguen sobre sus motivaciones, el sentido de sus vidas, y vayan perfilando la persona y el mundo nuevo que quieran construir.

 

"Es el método "por ellos, entre ellos y para ellos" que tiene por objeto hacer descubrir a los jóvenes trabajadores la significación y el objeto de sus existencia, su razón de vivir y de trabajar, su propia personalidad, y la misión que tiene en la sociedad desde la perspectiva de la fe".

J. Cardijn

 

Como metodología, la Revisión de Vida, es la forma de analizar la realidad, enjuiciarla, y darle vivencia práctica al PROYECTO y la UTOPIA. Esta metodología tiene tres momentos.

·           EL VER: que supone analizar la vida, observar los acontecimientos, profundizar para conocer las personas y la trama social en todas las dimensiones tanto estructurales como personales, conscientes e inconscientes.

·           EL JUZGAR: que supone reflexionar para contrastar la realidad con los valores que la humanidad va adquiriendo para su liberación, desde sus protagonistas fundamentales (la clase obrera y los marginados) y desde el mensaje de Jesús. Reflexionar para descubrir la presencia y la liberación de Dios en los acontecimientos. Es el momento de la escucha de los otros y del Otro, del compartir lo que se es, de la toma de posturas, del cambio en profundidad.

·           EL ACTUAR: que supone una acción que transforme la realidad personal y colectiva, las actitudes y las estructuras analizadas en el Ver, y esta transformación en orden a los valores que se han asumido y la conversión profunda experimentada en el Juicio. Desde esta acción transformadora se va transformado el mismo sujeto que la realiza.

 

 

La Campaña

 

Es un proceso continuado y dinámico de acción - reflexión, ante un problema o situación de los jóvenes de la clase obrera.

 

Con la finalidad de que la masa de los jóvenes de la clase obrera, y nosotros ahí incluidos, tomemos conciencia de una situación colectiva que se vive, y desde el proyecto de hombre y sociedad de la JOC, se actué de cara a la transformación personal ambiental y estructural de dicha situación.

 

En definitiva una gran R.V.O. hecha por todo el movimiento en sus diferentes niveles.

 

La campaña es un medio que la JOC utilizamos para orientar, centrar la situación que los jóvenes vivimos con precariedad.

 

Estas son las campañas que hemos llevado a cabo durante estos últimos año:

 

1989/1990:    Rompe pronto tu silencio

1990/1991:    Pon en marcha tus derechos

1991/1993:    Estas en tu derecho, formación para el trabajo.

1993/1994:    … ¿Y tu que haces? Transformación

1994/1995:    Trabajo digno por derecho

1996/1997:    Hay algo que hacer, ante la precariedad laboral.

1997/1998:    Que no te marquen el Tiempo Libre.

1998/1999:    Consumo Consciente.

1999-2001:   Ante un trabajo que nos rompe, creemos respuestas colectivas.

2001-2002:   Tiempos modernos. Juntos encontramos salidas

2002-2004:   Aquí y ahora participa y construye.

2004-2005:   ¿Tu vida es móvil? Movilízate.

2005-2007:   Derecho a techo

2007-2009:   Precariedad Laboral: ¿Te parece normal? Rebélate.

            

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HOAC

 

 HERMANDAD OBRERA DE ACCIÓN CATÓLICA (Madrid)

 

 

 

I. INTRODUCCIÓN

 

En el año 1946, los Obispos españoles encargaron a Guillermo Rovirosa la creación de un movimiento de Acción Católica que asumiera la tarea evangelizadora dentro del mundo obrero. Rovirosa, que había vivido en muy pocos años una profunda experiencia de conversión a Cristo, que presidió el comité obrero de la fábrica en que trabajaba y que fue encarcelado al terminar la Guerra Civil a causa de ello, había conocido muy de cerca la profundidad del Mensaje Cristiano, las aspiraciones del mundo obrero y, en la cárcel, a los militantes obreros privados de libertad por desear justicia.

 

Ello le llevó a escribir y manifestar que "A Cristo le reconocemos con la ropa de obrero, con las manos encallecidas, con la frente sudorosa, cansado del trabajo…" y así vivió el Obrero de Nazaret que sería el germen que dio origen al encuentro entre la Iglesia y el mundo obrero.

 

Pero el Obrero de Nazaret implicaba una nueva concepción del hombre, del trabajo, de la lucha, de la Fe, de la Iglesia y de la tarea evangelizadora. El Obrero de Nazaret era una auténtica revolución como lo había sido su nacimiento en Belén y como lo ha sido cada vez que a lo largo de la historia un hombre o una mujer se han decidido a seguirle en plenitud.

 

II. UN NUEVO PROYECTO EVANGELIZADOR

 

Desde esta experiencia matriz, que no es otra que la experiencia de la Fe de la Iglesia vivida desde los oprimidos y explotados, surge un proyecto evangelizador nuevo y dinámico que no busca "convertir" a los obreros, sino hacerlos personas libres y conscientes para que puedan responder con libertad a la llamada que Dios hace permanentemente a todos los hombres.

 

·           La dignidad de la persona

Este proyecto evangelizador parte de una premisa fundamental: lo primero, lo único, lo verdaderamente importante es la persona y a ella todo tiene que estar subordinado.

 

Hay que recuperar la dignidad de ser persona para que pueda desarrollarse todo el proyecto de libertad que ella es. Dignidad que no viene dada por la profesión, la ideología, las creencias, el privilegio o el poder; sino que nace del hecho de ser hijos de Dios y hermanos de Jesucristo y, por lo tanto, hermanos de toda la Humanidad; llamados a construir la justicia que Dios quiere y vocacionados, por ello, a desplegar todas las potencialidades que están en germen en nuestro ser. Todo lo que se oponga a ello, más aún, todo lo que no favorezca este desarrollo de la persona, debe ser transformado.

 

·           La dignidad de ser obrero

¿Cómo reconocer esta primacía de la persona cuando se le niegan sus derechos fundamentales y se la utiliza como un instrumento de producción? De la respuesta a esta pregunta surge una nueva concepción del trabajo y de la persona que lo realiza. El trabajo no es un medio para generar riqueza, tampoco es la actividad que nos permite obtener lo necesario para vivir; antes que nada, el trabajo es el medio que el hombre utiliza para continuar la actividad creadora de Dios imprimiendo en todo sus señas de identidad; es la participación, consciente y responsable, en la construcción y recreación de un mundo puesto por Dios en nuestras manos para construir el gran proyecto de libertad que nace de su voluntad. Mediante el trabajo el hombre se relaciona con la naturaleza y con todos los hombres y estas relaciones deben ser de comunión y solidaridad para poder construir la justicia que es la esencia del Reino de Dios. Así concebido, el trabajo tiene una dimensión personalista y personalizante que lo sitúa como la actividad humanizadora por excelencia para todos los hombres y la naturaleza.

 

Sin embargo, en nuestra sociedad el ser obrero sitúa a la persona en el corazón mismo del nacimiento de la injusticia, el mismo lugar que eligió Jesucristo para encarnarse en el mundo y vivir y anunciar su Mensaje de Salvación.

 

·           Una teoría de la acción

Con todo, no basta con que la HOAC reconozca esta prioridad de la persona y del trabajo. Se trata de que el mundo obrero se reconozca a sí mismo desde esas claves, asumiendo el proyecto humanizador que implican, y ello sólo es posible desde una praxis coherente con estos principios, que es lo mismo que decir que desde una praxis coherente con la Fe.

 

La teoría de la acción que la HOAC aporta, la praxis coherente con estos principios, es un proceso pedagógico de la Fe que abarca:

 

a)     La encarnación

 

La encarnación en los ambientes y en los tajos concretos. La encarnación es un proceso que lleva a la persona a descubrir y asumir la historia, los planteamientos, las aspiraciones, las condiciones de vida y de trabajo, las organizaciones y las luchas del mundo obrero; es hacerse igual a todos para iniciar con ellos el camino de "mi" conversión desde "su" conversión.

 

b)     La amistad

 

Este proceso de encarnación en la realidad tiene un segundo momento de mayor profundidad: la encarnación en las personas concretas, en los compañeros de trabajo, organización o barrio. Descubrirlos en sí mismos, compartir aspiraciones e inquietudes, acompañarlos en las vicisitudes de cada día, cultivar, en fin, una amistad profunda no condicionada por intereses, creencias o ideologías, sin esperar a cambio nada que no sea el enriquecimiento mutuo que suponen las relaciones personales.

 

c)      La concienciación

 

De este encuentro con las personas y la realidad, nace la conciencia que hace a las personas protagonistas de sus destinos. Descubrir la realidad y a la persona dentro de ella; descubrir los mecanismos de dominación, opresión, alienación, explotación y empobrecimiento que los hombres hemos construido para hacer razonable el poder y el privilegio de unos pocos; descubrirse subordinado por esta realidad de injusticia y compartir esta conciencia con otros para poder liberarse, constituye la tarea fundamental del proceso de concienciación.

 

d)     La autogestión

 

Pero la concienciación exige la autogestión. No se trata de transmitir saberes, sino de adentrarse junto a otros por la aventura de la vida de una manera consciente para descubrir qué nos pasa, por qué nos pasa, qué podemos hacer para evitarlo y hacerlo de manera que nuestro quehacer se convierta en el punto de inicio de una reflexión permanente entre teoría y praxis, entre conocimiento y quehacer liberador.

 

e)     La comunión

 

La comunión aparece como el fruto maduro de este proceso evangelizador, porque la concienciación adquiere toda su plenitud cuando la persona, además de compartir su realidad, aspiraciones e inquietudes, decide compartirse ella misma; cuando comprende que es miembro de un cuerpo, pero que no es todo el cuerpo, y se pone al servicio de él porque es la manera de que su existencia recobre todo el sentido para el que ha sido creada. Así, la libertad del otro es la propia libertad, la justicia del otro es la propia justicia, y la felicidad del otro es la propia felicidad. Hemos situado al otro en el centro de nuestra existencia para que todos seamos el principio y fin de todo cuanto existe.

 

f)        La sensibilidad

 

Fundamento de todo el proceso en coherencia con cada uno de sus pasos, subyace una nueva sensibilidad que comprende el mal que hay en el mundo como fruto del egoísmo, la explotación y la inmoralidad que son las raíces de todo materialismo, y que contrapone a ello la afirmación de Dios -contra todo egoísmo-, la afirmación del carácter sagrado de la persona humana contra toda explotación y la afirmación del carácter trascendente de la moral -frente a toda moral subjetiva-. Que tiene una esperanza, el Reino de Dios; una finalidad, que todos seamos uno; y un impulso, el amor como motor esencial de la vida humana. Y que precisa de un hombre nuevo capaz de cultivar y vivir la pobreza, la humildad y el sacrificio, para generar en él esta nueva sensibilidad y romper las cadenas que le atan al sistema, enfrentándose a él en su corazón.

 

g)     Una praxis política totalizadora

 

Se genera así un compromiso, una praxis política - en el sentido más profundo de la palabra - que podemos llamar totalizadora y abarca tres campos de actuación: la acción sobre la propia persona y sobre todas las personas que, al mismo tiempo que sufre y padece la injusticia, la genera con sus valores, actitudes y prácticas porque reproducen el sistema que las está oprimiendo. La acción sobre los ambientes, porque en su "mente colectiva" se reproducen y amplían los mecanismos de injusticia y explotación. La acción sobre las estructuras, porque las normas y leyes que rigen su funcionamiento excluyen la prioridad de la persona y, sobre todo, el servicio a los pobres. Frente a una praxis política estructural, encaminada a conseguir el control de los aparatos del Estado, para desde ahí imponer un determinado modelo de sociedad, se presenta una praxis política que busca construir una nueva sociedad imprimiendo un proceso liberador y humanizador en el corazón del hombre, en la sociedad y en todas las estructuras.

 

III. UNA NUEVA FORMACIÓN

 

La formación inherente a este proceso pretende conseguir que todos los obreros que lo realizan sean, al final del mismo, más obreros y más militantes porque asumen su historia, su presente y su futuro desde la Fe en Jesucristo; pero tiene la virtualidad de producir una fuerte experiencia humanizadora en aquellos que libremente no aceptan la llamada de la Fe.

 

La elaboración de estos planes de formación supone un esfuerzo permanente de diálogo con la historia, la cultura, las filosofías y las ideologías presentes en el mundo obrero para asumir toda la fuerza humanizadora y liberadora que hay en ellas; para rechazar aquello que es incompatible con la Fe -que suele ser lo que empobrece el patrimonio histórico del mundo obrero- y para aportar aquellos principios originales de la Fe cristiana que enriquecen su experiencia histórica. El resultado ha sido un conjunto de proyectos formativos, de métodos y técnicas que conforman una de las experiencias más ricas que se conocen, tanto en el mundo obrero como en la Iglesia.

 

IV. UNA NUEVA FE

 

El proyecto evangelizador que la HOAC ha formulado para realizar la misión que la Iglesia le encargó, cristalizó en una manera de vivir la Fe enraizada en la realidad concreta del mundo obrero para recrear en ella la experiencia del seguimiento de Jesucristo. Se rompe el dualismo entre Fe y vida para convertir toda la existencia en vida de Fe. El testimonio que brota de la encarnación y la comunión, de compartir la vida del mundo obrero origina una Fe cercana que se manifiesta en la vivencia de lo cotidiano; que convierte los problemas económicos, sociales y políticos, en problemas teologales, en ámbitos para manifestar el amor de Dios a los pobres y en mediaciones para recrear la propia experiencia de Fe. La oración y los sacramentos, celebrados en el seno de la Iglesia y vividos en la realidad del mundo obrero, originan una espiritualidad nueva que convierte lo cotidiano en vida sacramental para hacerlo presente, a su vez, en la oración y en los sacramentos. El resultado es una Fe cercana, compañera de trabajo, preocupada por cada minuto de la existencia de todos aquellos que son negados en su dignidad de persona y de obrero y vivida por el amigo y compañero de lucha y de trabajo.

 

V. UNA IGLESIA RENOVADA

 

El paso final de este proyecto evangelizador no es "llevar obreros a la Iglesia", sino hacer que los obreros sean los protagonistas del nacimiento de la Iglesia en su mundo. La Iglesia que ha nacido en el mundo obrero ha debido renunciar a todo aquello que le impedía se más fiel y, por tanto, ser más Iglesia. El mundo obrero presente hoy en la Iglesia ha debido renunciar a todo lo que le impedía construir la justicia como pilar de una nueva sociedad. El encuentro ha sido posible cuando la Iglesia se ha hecho más Iglesia y el mundo obrero más fiel a sus principios y aspiraciones. Esta es la lección que la historia nos deja para afrontar el futuro.

 

VI. MIRANDO EL FUTURO

 

La aportación histórica que la Iglesia, a través de la HOAC, ha hecho al mundo obrero, se presenta como una fuente de inspiración para el presente y el futuro del mismo. La situación del mundo obrero ha puesto en crisis las formas tradicionales que ha utilizado en la defensa de sus intereses; los problemas aunque tienen la misma raíz, son cualitativamente distintos y el contexto económico, cultural y político en que se producen exige soluciones nuevas que no acaban de aparecer. Pero a pesar de tantas diferencias con épocas pasadas, hay una radical igualdad en sus consecuencias: la economía y el trabajo sigue siendo el mecanismo generador de injusticia y productor de pobres en serie que siempre ha sido.

 

Habrá que buscar nuevas soluciones técnicas a los problemas planteados; será necesario inventar nuevas estrategias y tácticas para construir la justicia, pero ésta no aparecerá si no se produce un rearme moral y ético que fundamente una nueva concepción de la economía del trabajo y genere una nueva cultura solidaria.

 

La aportación que la Iglesia ha hecho al mundo obrero, adquiere en estos momentos una rabiosa actualidad. La centralidad de la persona y la primacía del trabajo; la necesidad de construir un proceso concienciador que genere una nueva generación de militantes obreros con profundas convicciones; la urgencia de construir proyectos alternativos al sistema; la preocupación prioritaria para elaborar los proyectos de formación necesarios y la fundamentación ética y moral de una nueva cultura obrera que supere la fragmentación y el corporativismo, son algunos de los aspectos que van a reclamar una atención prioritaria en los años venideros y sobre los que la Iglesia tiene una gran experiencia acumulada fruto de la Fe y de su encuentro en el mundo obrero.

 

La HOAC, con humildad y constancia, con esperanza y fortaleza, pretende seguir siendo instrumento de evangelización y lugar de encuentro y servicio para la Iglesia y el mundo obrero.

 

VII. LA DIMENSIÓN INTERNACIONAL DE LA IDENTIDAD ECLESIAL DE LA HOAC

 

La HOAC, como movimiento eclesial, siempre ha mantenido una inserción en la Iglesia particular en comunión con la Iglesia universal. De ahí que desde su origen a pertenecido a las distintas realidades internacionales de movimientos cristianos de trabajadores.

 

En la actualidad es miembro del Movimiento Mundial de Trabajadores Cristianos (MMTC), Organización Internacional Católica que forma parte del Consejo Pontificio para los Laicos. Movimientos de los distintos continentes están afiliados al MMTC desarrollando, de esta manera, la dimensión universal de su identidad eclesial.

 

Desde el año 1991 viene funcionando un fondo de solidaridad internacional dirigido a promover proyectos de formación cristiana de los trabajadores de los países del Sur. Además, a través de su difusión por los militantes de la HOAC, posibilita la sensibilización y concienciación de los trabajadores españoles ante la realidad de sus compañeros en otros países más pobres.

 

El Fondo de Solidaridad es una iniciativa que no pretende entrar en competencia con otras existentes de ayuda y promoción a estos países, sino que ha querido abordar una carencia, la colaboración con proyectos dirigidos a la formación y concienciación de los cristianos trabajadores para que, desde su fe, se impliquen en la transformación de su realidad.

 

VIII. LAS PUBLICACIONES DE LA HOAC

 

Desde sus comienzos la HOAC ha tenido instrumentos con los que llega a los ambientes obreros, para realizar su misión evangelizadora, intentando llevar la Buena Noticia del Evangelio al mundo obrero. Estas publicaciones pretenden:

 

·           Elevar la dignidad de los trabajadores a la dignidad de hijos de Dios.

·           Promover el desarrollo de la cultura y la conciencia obrera para que los obreros sean los protagonistas de sus vidas.

·           Facilitar que la Iglesia de Jesucristo surja en el mundo obrero.

 

 

En la actualidad estos medios de difusión son:

 

Ø      ¡TÚ!

A partir de 1992 la HOAC ha vuelto a reeditar el periódico "¡TÚ!". Nace esta publicación, que quiere ser una continuación adaptada a esta nueva época, con la intención de llegar a los hombres y mujeres de los ambientes obreros. Se trata de una publicación ágil y fácil de leer, y que con brevedad trata de profundizar en los hechos cercanos y cotidianos que vivimos, con el fin de promover y formar una conciencia social, cristiana y adulta entre los trabajadores.

 

Ø      NOTICIAS OBRERAS

Esta revista ha sido continuadora de las distintas publicaciones que ha tenido la HOAC. Tiene una periodicidad quincenal. A través de los distintos temas de actualidad que aborda, tanto eclesiales como socio-políticos y laborales, intenta ofrecer elementos de reflexión desde una perspectiva cristiana de la realidad.

 

"Noticias Obreras", como revista militante que es, se autofinancia con el esfuerzo de sus suscriptores y la ayuda de personas, organizaciones, comunidades religiosas… que valoran una publicación dirigida a discernir desde la fe la problemática que vive el mundo del trabajo.

 

Ø      EDICIONES HOAC

Esta editorial de la HOAC también tiene una historia en la evangelización del mundo obrero. A través de sus libros y sus cuadernos intenta abordar aspectos que son claves para la militancia cristiana hoy.

 

Ediciones HOAC es una muestra más de la preocupación constante que para la HOAC tiene la formación de los hombres y mujeres del trabajo. Una conciencia militante obrera cristiana que posibilite, desde las condiciones de vida y trabajo, ver la realidad, juzgarla desde la sensibilidad que genera la fe y actuar en ella para ir construyendo el Reino de Dios en el mismo corazón del mundo obrero.

 

IX. EL FUNCIONAMIENTO Y LA ESTRUCTURA ORGANIZATIVA

 

La Hermandad Obrera de Acción Católica es una organización de militantes que vive y se estructura desde su identidad de movimiento de Acción Católica. Es decir, es una comunidad que se organiza para llevar a cabo la misión evangelizadora, en concreto, en el mundo obrero.

 

En su estructura y funcionamiento intenta, como toda la Iglesia, hacer visible la comunión (todos son uno en Cristo) y la ministerialidad (existen distintos carismas y funciones, no todos hacen lo mismo). Esto se concreta en tener una vida y una acción evangelizadora comunitaria e intentando tener los bienes al servicio de la HOAC y su misión. Todo ello como expresión del Reino de Dios que anuncia a los trabajadores. Un ejemplo de la comunión de bienes es que sus presupuestos, tanto en el ámbito diocesano como general, se financian con la aportación de sus militantes y se elaboran con una intencionalidad claramente evangelizadora.

 

Los equipos son los ámbitos fundamentales de encuentro y vida de sus militantes, éstos tienen reuniones semanales de formación, revisión y discernimiento. La HOAC está inserta en la Iglesia local en vinculación con el Obispo diocesano. En cada diócesis existe una Comisión Diocesana que dinamiza y anima la vida de la HOAC, donde el presidente y el consiliario tienen el nombramiento expreso del Obispo. El órgano máximo de decisión en la diócesis es la Asamblea Diocesana donde cada militante tiene un voto.

 

En el Estado Español el órgano que dinamiza y anima la vida de la HOAC es la Comisión General. Ésta está formada por los presidentes diocesanos y la Comisión Permanente cuyos miembros tienen dedicación plena a la HOAC y residen en Madrid.

 

El órgano decisorio de la HOAC, a nivel general, es la Asamblea de militantes, que se celebra cada seis años y, entre tanto, cada año, se reúne el Pleno General de Representantes, donde los militantes participan a través de delegados.

         

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HERMANDADES DEL TRABAJO (Madrid)

Nació como organización apostólica en 1947, y es una organización de trabajadores cristianos que pretende el desarrollo integral de los mismos luchando por su dignidad y derechos. Para ello, se solidariza en la búsqueda de su promoción impulsando obras y servicios sociales. Es una obra de trabajadores seglares, para trabajadores y llevada a cabo por trabajadores.

La formación es uno de los aspectos mas importantes para contribuir a que los trabajadores se desarrollen en sus dimensiones sociales y religiosa; y que lo hagan dentro del mundo del trabajo.

HERMANDADES cuenta con centros para el desarrollo de sus actividades en toda España y en varios países de Latinoamérica. Estos se encargan de desarrollar y supervisar las acciones y los proyectos que allí se van ejecutando. Así forma parte de la Coordinadora de Organizaciones no Gubernamentales y está considerada como una ONG para el Desarrollo.

Nuestros fines y objetivos se resumen:

  • Evangelización del mundo del trabajo
  • Capacitación y perfeccionamiento profesional de los trabajadores.
  • Formación, información y orientación religiosa y social de los trabajadores, apoyando su compromiso público.
  • Promoción de servicios y obras de tipo cultural y social que contribuyan al total desarrollo de la personalidad del trabajador.
  • Un camino para vivir como cristianos y trabajadores en el mundo del trabajo y en el marco de la Pastoral Obrera que compartimos con otros movimientos y asociaciones.
  • La unión que nos posibilite luchar juntos para favorecer unas mejores condiciones de trabajo, impulsar el esfuerzo para que se creen más y mejores puestos laborales, que se oiga la voz de nuestros parados, jóvenes y pensionistas.
  • Sensibilizar a la sociedad de los problemas de los trabajadores más pobres y marginados favoreciendo la reflexión lúcida y crítica sobre la realidad del paro.
  • Proyectos de Promoción social como cauce de incorporación de jóvenes y adultos-jóvenes: inmigrantes, población marginal, desempleo, reciclaje profesional de parados, formación de jóvenes para el primer empleo, autoempleo,...
  • el disfrute de numerosos servicios y obras sociales que, entre todos, hacemos posible.
  • Ayudar en los Proyectos de Desarrollo de nuestros Centros de Hermandades en América latina: dispensarios médicos, comedores populares, centros y proyectos de Formación Profesional, formación para el Autoempleo, comedores infantiles, trabajo con niños de la calle...

La labor de los Departamentos de acción.

Los departamentos impulsan las acciones a nivel más técnico; uno de ellos es el de Acción Apostólico Social. Es uno de los puntuales de la propia acción evangelizadora. Su responsabilidad fundamental se centra en el seguimiento, apoyo y formación de los militantes en su proceso de madurez en el apostolado y en la propia acción apostólica con los trabajadores en el puesto de trabajo o en cualquier otro espacio donde se propicie el encuentro. Esto, por tanto, da el sentido a cualquier otra actividad o grupo de acción de Hermandades, ya sea de tipo específicamente apostólico o de carácter formativo, cultural, de tiempo libre, etc...

Es significativo que si en Hermandades se dan todo tipo de actividades en relación con los trabajadores, sea cual sea el ámbito de actuación, esta siempre tendrá un último fín apostólico, aunque no se desprecia el propio servicio en sí mismo, como respuesta a las distintas necesidades que los trabajadores acusan o demanden para su desarrollo integral.

Formación para el empleo y el desarrollo personal.

Por ejemplo, las propuestas y objetivos del Departamento de Formación Profesional se resumen en enseñar y aprender para mejorar en el empleo o acceder a él. Prioridad entre los trabajadores en un tiempo en que los puestos laborales escasean.

El punto de partida de este curso ha sido la propia realidad social y lo que va demandando, y la programación ya iniciada, ateniéndonos a los objetivos y líneas de acción que se aproboron para el Departamento de Formación Profesional en el Plan Trienal 1997 - 2000.

Así, hay una actividad muy querida y valorada. las clases de «Lengua Española para extranjeros», en las que hay inscritas ya más de sesenta personas, con un grupo importante de inmigrantes chinos. También hay estudiantes de otras nacionalidades: rusos, africanos, polacos, rumanos,... y están totalmente subvencionadas. Lo mejor, es el buen ambiente que hay en las clases. Son gente joven, trabajadores, que tienen una necesidad urgente y absoluta de aprender nuestro idioma para desenvolverse en el mercado laboral y que se reparten en dos niveles: inicial y avanzado. Están atendidos por profesores voluntarios y es una actividad que responde perfectamente a lo que es el carisma de hermandades. la demanda es grande, pues las dificultades de los emigrantes son muchas y uno de los primeros escollos a salvar es el idioma.

También es importante para la promoción de muchos que han perdido el carro de la formación más básica para conseguir empleo, las clases de Graduado y Alfabetización, igualmente subvencionadas, y con un estilo de enseñanza personalizado, además, por el entusiasmo de los profesores voluntarios y su metodología específica para adultos.

En el bloque de Formación y Perfeccionamiento para el Empleo se está trabajando para potenciar este área e intentar adaptarla y acercarla, también, a colectivos más numerosos y más necesitados de este tipo de4 formación debido a su urgencia por conseguir trabajo. Desde el Departamento se intenta que sea de verdad una formación para acceder a un empleo. En este sentido se está promocionando la conexión entre las necesidades de formación y el mercado laboral para estudiar en qué sectores surgen las ofertas y cuál es la carencia formativa que se detecta. Es otro de los objetivos que se persigue con los cursos de informática. Detectar las verdaderas necesidades y poder ofrecérselos a los S.O.I.E (Servicios de Orientación e Información para el Empleo) y al propio INEM en aras de conseguir conciertos para cursos determinados de los que puedan beneficiarse al máximo nivel de los trabajadores en paro o lo jóvenes que buscan su primer empleo.

La cooperación social: Solidaridad en marcha.

Es muy importante la colaboración establecida entre dos Departamentos: el de Formación Profesional y el de Cooperación Social y Caridad, en donde se ubica el "Area de formación y Empleo" proyecto muy ambicioso en colaboración con Cáritas y Justicia y Paz dentro del "Programa de Paro y Conciencia Social", y desde donde mejor conocen la manera de atender las necesidades más urgentes para la formación de los trabajadores y la búsqueda de alternativas y apoyo a los parados para su posibilidad de integración en el mundo laboral como trabajadores en activo. Desd este área se ayuda a la búsqueda de empleo, orientación profesional, iniciativas para pequeñas empresas, proyectos de autoempleo, etc. Recientemente, se ha abierto otro S.O.I.E. en el Centro que hermandades tiene en marcha en el Barrio del Pilar.

El objetivo es plantearse si la actividad que llevamos a cabo, responde a nuestro compromiso con el mundo de3l trabajo y, dentro de éste, con los sectores menos favorecidos, como exige nuestra condición de creyentes.

Al igual que en Formación profesional, nuestros progrmas de actividades deben partir de realidades concretas, si no queremos caer en una acción desencarnada e ineficaz.

Tenemos en cuenta que la formación, información y actuación como militantes cristianos deben incidir (influir) en la vida pública, social y privada; la preocupación por una formación profesional y humana, tanto de los trabajadores desempleados, para prepararles para un puesto de trabajo, como los que están en activo para defender el que tienen, la promoción de servicios y obras que contribuyan a la promoción de los trabajadores, sin perder la conciencia de que somo9s un colectivo con problemas comunes y que el apoyo es mutuo.

Dentro de nuestros objetivos nos parece prioritario impulsar servicios de promoción integral de la persona, asesorarla en sus problemas de carácter social y personal; descubrir y atender situaciones de riesgo para las familias de los trabajadore,s producidas por el actual sistema económico que, en ocasiones tiene consecuencias terribles; poner nuestra acción y solidaridad al lado del que busca la justicia, el trabajo y la paz; acompañar a la per4sona que empieza a entrar en situación de deterioro social, para proponerle salidas desde su propia persona que le liberen y desde la sociedad que le protejan y ayuden.

Y de ello se deriva el que hemos de hacer nuestra programación para unos destinatarios que crecen día a día en nuevas situaciones, que marcan los tiempos y que están esperando nuestra respuesta.

Estos pueden ser afiliados, o no; de cualquier edad y condición; a los cuales queremos acercarnos para ayudarles a solucionar su problema, bien sea por su situación de paro, inmigrante o problemas anexos, creados por estas situaciones, que descubrimos con la acogida y nuestra necesaria actitud de escucha.

Los distintos proyectos que son desarrollados por el Servicio de Asistencia Social, la acogida, el programa de atención a mayores y enfermos, la promoción del voluntariado, quieren ser una respuesta a los distintos problemas que genera nuestra sociedad. los llevan a cabo profesionales, militantres y colaboradores, de los distintos grupos de acción de las diferentes hermandades que se agrupan por profesión y el Departamento de cooperación Social y Caridad.

Igualmente, contamos con las Asesorías jurídica, fiscal, laboral y gabinete de Psicología como una muestra más de solidaridad y compromiso con el mundo del trabajo.

Todos estos servicios no deben hacer a las personas más dependientes, sino que debemos acompañarlos de programas que contribuyan a erradicar la pobreza. Es momento de interrogarnos si se da el cambio personal y colectivo en nuestra Organización desde una educación y formación amplias para poder hablar de erradicación de la pobreza.

Promocionar al trabajador en familia.

También desde departamentos como el de Acción Familiar se busca la promoción y desarrollo de los trabajadores, esta vez atendie3ndo a su realidad familiar y estableciendo cauces de mayor encuentro y oportunidades de compartir temas comunes que preocupan a las familias de hoy en sus distintas formas, incluyendo algunas nuevas situaciones cada vez más frecuentes (monoparentales), y que están insertas en una sociedad en la que los valores del evangelio chocan con lo que promulgan los poderosos medios de comunicación. hijos y padres se ven afectados y, a veces enfrentados, en un ambiente de consumismo y donde prevalece sobre casi todo el tener. Por ello, a través de conferencias a cargo de expertos en distintos temas, los matrimonios se reúnen una vez al mes (los llamados "Terceros Domingos") para luego tener un tiempo de coloquio.

Tiempo libre: espacio para la promoción del trabajador.

Tan importante como cuidar la formación es formarnos también en el Tiempo Libre y de ocio o descanso.

Gracias a las acciones en el campo del Ocio y Tiempo Libre se fomenta el aprendizaje del Arte y la cultura a través de conferencias, clases de historia del Arte, de Danza, sin olvidar las visitas culturales, los grupos de teatro aficionado, etc...

Igualmente se atiende la necesidad de disfrutar del tiempo de ocio, a través de los viajes de fines de semana, puentes, veraneo, etc...; nuestras Residencias de verano que se presentan como espacio privilegiado de encuentro; las Colonias Infantiles, escuela de aprendizaje no solo para los niños, sino para los monitores como una escuela de vida y entrega gratuita, las piscinas del Estadio San Miguel, y muchos otros servicios, que cuidan también, a buenos precios, el tiempo libre de los trabajadores afiliados a las hermandades del Trabajo.

Pero hoy, no es este objetivo el prioritario. Es cierto que estas acciones nacieron como respuesta a la falta de posibilidades que los trabajadores tenían para acceder a este tipo de privilegios de los mas pudientes. Pero es también una forma privilegiada de acercamiento a los hombres y mujeres del mundo dle trabajo, para llevar a cabo la evangelización que antes que nada nos pide nuestro Ideario y el propio Evangelio.






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